lunes, 12 de noviembre de 2007

Tito Kayak recuerda palabras de José Martí

José Martí el padre de la Independencia de Cuba era un genio que escribía de manera sencila, para transmitir sus lecciones a todo el mundo Americano. Uno de sus escritos más conocidos, está contenido en su libro LA EDAD DE ORO, en el cual se recogen las historias enseñanzas que Martí preparaba para los niños. Una de ellas está dedicada a quienes el llamara: Tres Héroes. Bolivar, San Martín y el Sacerdote Hidalgo. Los tres principales libertadores de América. Al describir a Bolívar, Martí expresó palabras que debieran estar grabadas en la mente y el corazón de cada hombre honrado del mundo. Decía el Maestro:

Cuentan que un viajero llegó un día a Caracas al anochecer, y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba a donde estaba la estatua de Bolívar. Y cuentan que el viajero, solo con los árboles altos y olorosos de la plaza, lloraba frente a la estatua, que parecía que se movía, como un padre cuando se !e acerca un hijo. El viajero hizo bien, porque todos los americanos deben querer a Bolívar como a un padre. A Bolívar, y a todos los que pelearon como él porque la América fuese del hombre americano. A todos: al héroe famoso, y al ultimo soldado, que es un héroe desconocido. Hasta hermosos de cuerpo se vuelven los hombres que pelean por ver libre a su patria.

Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía. En América no se podía ser honrado, ni pensar ni hablar. Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado. Un hombre que se conforma con obedecer a leyes injustas, y permite que pisen el país en que nació los hombres que se, lo maltratan, no es un hombre honrado.

El niño desde que puede pensar, debe pensar en todo lo que ve, debe padecer por todos los que no pueden vivir con honradez, debe trabajar porque puedan ser honrados todos los hombres, y debe ser un hombre honrado. El niño que no piensa en lo que sucede a su alrededor y se contenta can vivir, sin saber si vive honradamente, es como el hombre que vive del trabajo de un bribón, y está en camino de ser bribón. Hay hombres que son peores que las bestias, porque las bestias necesitan ser libres para vivir dichosas: el elefante no quiere tener hijos cuando vive preso: la lama del Perú se echa en la tierra y se muere, cuando el indio le habla con rudeza, o le pone más carga de la que puede soportar. El hombre debe ser, por lo menos, tan decoroso como el elefante y como la llama. En América se vivía antes de la libertad como la lama que tiene mucha carga encima. Era necesario quitarse la carga o, morir.

"Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres".

Son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados. Estos tres hombres son sagrados: Bolívar, de Venezuela; San Martín, del Río de la Plata; Hidalgo, de Méjico. Se les deben perdonar sus errores, porque el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol.

"El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desgraciados no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz."

Este escrito de Martí viene a mi mente mientras escuchó el debate del pueblo sobre Tito Kayak y su hazaña de detener el infame Paseo Caribe. Pienso que Tito Kayak debe tener defectos, pero como los hombres que describía Martí, es un hombre honrado y como decía Martí, cuando en el mundo o el país falta decoro, como está pasando en nuestro país:

"Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres”.