miércoles, 5 de septiembre de 2007

PASEO CARIBE O PASEO SILA

EL PASEO DE SILA
Por: Jaime J. Altieri

5 de septiembre, de 2007

Pro Rescate Viejo San Juan

Algunos le llamarían viaje refiriéndose a una fantasía. Yo le llamo PASEO porque el término me parece mas preciso. Me refiero al paseo que la ex-gobernadora, Sila M. Calderón, comenzó a dar a Puerto Rico desde el año 2000.

El paseo comenzó con la creación de nuevas agencias, de grandes y graves alteraciones al ordenamiento jurídico y al estado de derecho. Casi siempre en perjuicio del espíritu de nuestra Constitución.

Aprobó nuevas leyes para la revitalización de centros urbanos donde amigos y socios de la ex-mandataria harían su agosto a cuenta de la destrucción de comunidades centenarias.

Presionó para otorgar permisos de construcción a proyectos que se construían sobre terrenos de dominio público.

Paseo Caribe, el polémico proyecto a la entrada de la Isleta de San Juan, sin duda es la máxima expresión de la preocupación de la Sra. Calderón por los pobres en nuestro país.

Otros proyectos, como el Capitol Plaza, el Harbour Plaza, el Waterfront, el Atlantis, el Estacionamiento de Rubén Vélez y tantos otros han seguido y seguirán el mismo paseo para eradicar al menos la cara de la pobreza como se hizo en San Mateo de los Cangrejos en Santurce.

Allí en el barrio centenario de los cimarrones, hoy de los cangrejeros, lejos de revitalizarse una comunidad se abrió la puerta a otro paseo de gentrificación o segregación social que parece no tendrá fin. Allí la preocupación de la ex-mandataria mandó a paseo todas las posibilidades de justicia social para terminar con la marginación gubernamental a la cual los pobres estuvieron sometidos por mas de medio siglo.

Sin duda y para ser justo hay que apuntarle a la Sra. Calderón su proyecto en Cantera aunque el mismo fuese para lavar la cara de la ex-gobernadora mientras se desaparecían varios billones bajo el otro paseo de las comunidades especiales. Siempre he dicho que los pobres avanzan mediante estas pequeñas hipocrecías de los ricos.

A esos billones sumó la banca rota gubernamental duplicando la deuda extra-constitucional pero dejó algunos estudios como los del Impuesto sobre la Venta y Uso para que el nuevo mandatario pudiese defenderse.

Sila nos adornó el paseo con obras de arte de cuestionable gusto estético y de un costo millonario. También la ventana al mar para que nos conformaramos en una isla donde ya no se puede ver mar desde sus carreteras.

También salvó el bosque de los Capuchinos a regañadientes. Pero sobre todo atendió la pobreza del país en ese paseo que hoy parece tomar vigencia desde una nueva fundación.

La Fundación Calderón parece ser además de un paseo fantástico al mundo de la pobreza en las manos de las clases dominantes, una tradición de gobernadores que se dan facilmente al narcicismo en la metafísica.

En el paseo de Sila, nuestros recursos han quedado comprometidos, nuestra economía en bancarota por los próximos cincuenta años. Nuestros futuros nietos y bisnietos ya cuentan con una deuda de al menos quince mil dólares antes de nacer.

Y entonces tenemos que pensar que se pueda tratar de un cargo de conciencia que tiene la ex-mandataria al generar tanta pobreza en nuestro país en tan pocos años. ¿O será este nuevo paseo de la Fundación Calderón un lavadito de cara para aminorar el daño a su imagen ante la invocación de su nombre asociado a las investigaciones federales por venta de influencias? La Citadela, Paseo Caribe, los pobres de las comunidades especiales . . . ¡Uhmm !

¡Qué verguenza para Puerto Rico! Habrá que esperar por los resultados de este nuevo proyecto en ese paseo donde la Sra. Calderón pretende inscribir una nueva huella en la historia de nuestra pobreza.

¿Qué será? ¿Otra vez el mismo operativo con el cuento de los pobres mientras calcula las ganancias que ha de obtener en su nuevo rol de desarrolladora con un proyecto de viviendas de alto costo en Cidra? Parece que esa fórmula para embobar a la gente se va a repetir con la diferencia de que hoy la Sra. Calderón puede terminar su paseo en alguna jurisdicción federal donde no se le permita mas fantasiar con los pobres de Puerto Rico.

Mientras tanto todos los que quieran pensar que la preocupación de Sila con los pobres de Puerto Rico es como aquella del Presidente de los Estados Unidos con la gente de Irak luego de haber matado a mas de medio millón de éstos, lo pueden hacer con toda la libertad.

En lo que se completa esta nueva fantasía de la ex-mandataria yo propongo que antes de demoler el adefesio de Paseo Caribe le cambiemos el nombre a Paseo Sila Calderón. Y ello por su indudable contribución a la pobreza en nuestro país.